Un dormitorio infantil diseñado para niños entre 0 y 2 años debe ser ante todo seguro y estimulante, facilitando su desarrollo sensorial y motor.
Este espacio suele caracterizarse por una paleta de colores suaves y neutros que ayudan a crear un ambiente tranquilo y reconfortante, ideal para el sueño de los más pequeños.
Es crucial incluir muebles redondeados, sin esquinas agudas, y asegurar que todos los materiales sean no tóxicos y seguros para bebés.
En términos de mobiliario, la habitación debe contar con una cuna cómoda y segura, un cambiador práctico y almacenamiento accesible y organizado para ropa y juguetes. Es importante incluir elementos como una silla mecedora, que facilita la alimentación y los momentos de vínculo entre padres e hijos.
La decoración debe ser estimulante pero no abrumadora, con móviles, alfombras de actividades, y arte de pared con imágenes y patrones simples que captan la atención de los bebés y fomentan su curiosidad. La iluminación debe ser suave y regulable para adaptarse a diferentes necesidades durante el día y la noche. Con estas consideraciones, un dormitorio infantil puede ofrecer un entorno seguro y propicio para el crecimiento y exploración de los más pequeños.